sábado, 12 de marzo de 2011

Toda Mujer es Madre por Xiomara J. Pages


TODA MUJER ES MADRE



De Xiomara J. Pages





Yo escribo poemas, declamados tantas veces,



dedicados a aquella mujer que espera,



a ésa que tras nueve, largos duros meses,



abraza al hijo amado, que adora y venera.





Y en mi egoísmo, al tener tal bendición,



a muchas otras madres yo las olvidé,



las que siempre son madres en su corazón



aunque en el vientre no haya crecido un bebé.





Cada corazón que es tierno y femenino



posee un algo protector y maternal,



algo que les viene del Cielo Divino,



que les otorga un Don sabio y natural.





Cuántas veces un hijo queda rechazado,



por esa madre que lo llevó muy dentro,



y lo acoge otra, como hijo adoptado,



es también eso, un maternal encuentro.





Y ese vientre vacío, se llena de dulzura,



repleta el corazón, aún lo más sagrado,



y esa mujer buena, con tal acción pura,



también en una Madre se ha transformado.





Otra dentro de sus entrañas lo lleva,



y por razones misteriosas no lo llegar a ver,



Dios recoge al hijo que la vida le niega,



quedando angustiada su alma de mujer.





Pero esta realidad no le obstaculiza,



ese sentimiento maternal y profundo,



ella lo comparte y su vida ameniza,



cuidando otros niños que ve por el mundo.





Cuántas veces todos, hemos acudido



a una dulce abuela o tía soltera



ésa que siempre nos ha correspondido



porque nos entrega una vida entera.





No es madre aquélla que en las entrañas



por meses lleva un hijo que siente moverse



y luego como cosa cruel y extraña,



lo abandona a su suerte, sin conmoverse.





Para ser buena madre se precisa ser



paciente, prudente y muy sacrificada,



no basta parirlo para luego obtener



el título de madre virtuosa y adnegada.





Se precisa coraje, decisión y fortaleza,



echarse a un lado, cuando no es necesaria,



ahí radica de la madre, la belleza



en el obrar constante, en la tarea diaria.





Y luego ese hijo se convierte en mariposa,



y vuela por el mundo recordando a su paso,



a la que, más que la vida, le dio bondadosa



lecciones, fe y vivencias, en cada abrazo.